miércoles, 14 de septiembre de 2011

Reflexiones sobre lo recién acontecido con Doña Aminta Elena Granera Sacasa, Primer Comisionada (Jefa) de la Policía Nacional de Nicaragua.


Desde mi reflexión de género no puedo evitar analizar y comentar sobre los recientes acontecimientos del país en cuanto al re-nombramiento de Doña Aminta Granera para un segundo período como jefa de la Policía Nacional de Nicaragua.

Si bien es cierto que Doña Aminta es una mujer que demostró mucha capacidad y que ha hecho única y exclusivamente su trabajo (y no ninguna otra cosa que la pueda calificar como superheroína o una cuasi especie de ¨Mujer Maravilla¨), el cual por cierto es pagado con los impuestos de todos y todas los y las nicaragüenses y por lo tanto se debe entender que el trabajo que ella hacía es para, desde y por nosotros y nosotras sus compatriotas, no puedo dejar de aventurarme a reflexionar sobre las implicaciones que esto tiene ahora (y tendrá por supuesto) para nuestra sociedad.

1.- En primer lugar, con todo y ser una mujer que demostró ser sumamente capaz, que ha enfrentado serias limitaciones presupuestarias, carencias en la preparación de los cuadros policiales, carencias en infraestructura y que muy a pesar de todo eso ha hecho un excelente trabajo haciéndole frente a la lucha contra la violencia y las drogas que son probablemente los dos más importantes de esta sociedad, no podemos negar que Doña Aminta se prestó, totalmente consciente, a una manipulación y violación de las leyes de este país (en calidad de cómplice) y está asumiendo un segundo período al frente de esta institución sabiendo que la ley expresamente dice que no puede hacerlo (la ley en cuestión dice que el/a Comisionad@ General – Jefe/a – de la Policía Nacional solo puede estar en su puesto un período de 5 años y luego debe pasar a retiro) con lo cual se violenta nuevamente la institucionalidad del país, sabiendo que ella, en su calidad de funcionaria pública está obligada a respetar y hacer valer las leyes de la nación. Esto por supuesto habla de lo bien que se sigue ¨vendiendo¨ la imagen de Nicaragua como un país donde la corrupción permea a todas las estructuras de la sociedad, empezando por las instituciones públicas y así subsecuentemente sin mayor respeto a las leyes y a los y las ciudadanos y ciudadanas y estableciendo pésimos ejemplos.

2.- La credibilidad de la Policía Nacional como una institución que, hasta antes de lo ocurrido, se perfilaba como una institución apartidista, seria, autónoma, profesional y con fuerte credibilidad social, de muy buen trabajo y como una de las últimas que se pensaba no se prestaba a manipulaciones de ningún tipo, pasa a ser ahora, producto de lo actuado por Doña Aminta, una institución de cuestionable proceder, totalmente carente de credibilidad, absolutamente parcializada, incapaz de una actuación independiente, poco profesional y bajo el total mando, dominio y control del Presidente Daniel Ortega, a quien Doña Aminta ahora responde cual ¨perro/a fiel¨ (así lo dijo y lo dejó muy claro en su discurso cuando fue investida por segunda vez hace pocos días).

3.- No puedo dejar de comentar que ella replica perfectamente la viva imagen de las mujeres que no pueden actuar con criterio independiente y propio sin dejar de tomar en cuenta a los hombres para ello o dejarse llevar por ellos. Con su actuar, ella se convierte en uno de los principales símbolos de vergüenza de las mujeres que no pueden actuar con carácter, pensamiento, reflexión y decisiones independientes y se dejan manipular por los hombres manipuladores (en este caso el Presidente Daniel Ortega) para satisfacer los intereses de estos y dejar a las mujeres en el más absoluto ridículo y como víctimas de los hombres machistas que por conveniencia y para mantener su ¨status quo¨ se aprovechan de estas y las manipulan a gusto y antojo. Años de vender una imagen de pretendida autonomía, suficiencia de carácter, autocontrol, entereza e inteligencia, tirados al traste por el simple hecho de prestarse a la manipulación y violación de las leyes del país. Lo trabajado con tanto esfuerzo, sudor y lágrimas, tirado a la basura en cuestión de minutos!

Lamentable a todas luces lo ocurrido con Doña Aminta y con la Policía Nacional, ya no digamos también con el Presidente Daniel Ortega Saavedra. Son dignos ejemplos de la actuación y de los malos ejemplos que no podemos permitir y que debemos condenar y también nos permiten identificar los parangones hacia los que ahora debemos apuntar y hacia los que debemos apostar de modo que nos permitan encontrar modelos más justos, equitativos y humanos para aprender a vivir, alimentar, enseñar y cultivar.

En Managua, al 14 de septiembre de 2011.

Foto cortesía de: www. es.latintrade.com

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